Da igual la edad que se tenga, por norma general el chocolate siempre gusta. Y si es chocolate personalizado... ¡¡pues gusta más!!
Por eso, para celebrar los 30 de un compi de curro, derretí una tableta en unos moldes especiales (derretir siempre al Baño María). Y el resultado fue este:
Genial, ¿verdad?
El molde de las letras lo compré en Tiger, el de las cucharas en Casa y el de los números en Lékué. Después lo único que hice fue colocar todo con cuidado (ojo, al tocarlo se deshace con el calor y se quedan marcadas las huellas dactilares, así que mejor utilizar unas pinzas de madera o similar) sobre una bandejita de pastelería y ¡voilà!
Y como colofón, el regalo estrella de este año: una calentita bufanda:
Muy sencilla y masculina:
- Unos 250 - 280 gr de lana para aguja del 7
- Aguja del número 7
- 30 puntos de ancho: los cinco primeros de punto bobo, los 20 siguientes de elástico 1x1, y los últimos 5 vuelven a ser punto bobo.
Del chocolate sólo quedan una F una S y dos L...rico rico rico!!!
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